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la infancia es un ensayo

la adolescencia es un golpe

los veintis son la histeria

los treinta exploración


y el resto,

vivir

 

Mientras caminábamos por la calle sentíamos la brisa que nos acariciaba. Era como si fuera la primera vez que lo experimentábamos. Todo era nuevo, fresco y cálido. El olor a jazmines nos abrazaba y reconfortaba el alma.


– ¿Qué sentís? – me dijo con su voz ronca.


No pude contestarle. No sabía qué sentía, tampoco sabía cómo hacer para sentir más, o sentir mejor, o regular mis emociones. Algo en el pecho se me salía de control, se escapaba.


– No siento – le dije.


A pesar de que intenté esbozar una sonrisa fue muy difícil retomar el ritmo. Los jazmines ahora eran asfixiantes y nuestras manos que estaban haciendo el esfuerzo por encontrarse y acariciarse, estaban lejos.

Nos estábamos desvinculando de ese momento mágico que sin querer creamos y que, a causa de la necesidad de poner en palabras los sentimientos, se estaba destruyendo.


– Lo siento, quise decir. Intercambiemos la N por la L. -afirmé con tímida perspicacia.


Él sonrió, pero ya nada era igual.

 
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¿Querés estar en mi universo?

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© 2024 Creado por Emily Cabrera M, todos los derechos reservados

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